Mini fanfic parte #1

PARTE 1

Narra Santiago

—La dinámica del baile-karaoke jalowinesco es simple —espeta Jake desde el podio, mostrando dos grandes tarros que contienen papelitos doblados como si fuese un sorteo—. Cada uno de ustedes pasará a tomar un papelito el cual contiene el disfraz de un personaje de Disney que usarán junto a la canción que van a interpretar. No se aceptan cambios. Así que hagan dos filas: mujeres a la izquierda y hombres a la derecha.

Realmente no entiendo por qué vergas acepté que este pendejo organizara una fiesta en la central, me tiene nauseabundo con tantas ideas que juro ya saberlas de memoria. Uno a uno, los soldados van pasando a tomar el papelito, incluso la inmadura e infantil de Vicenta está formada luciendo más que emocionada con esto. No sé qué vergas le dice su amigo, pero la hace reír y eso me enerva.

No quiero que nadie más que yo provoque y disfrute de sus risas.

Saco un porro de marihuana de mi uniforme sin importar dar un mal ejemplo. Estoy estresado, no he dormido en días y tampoco he cogido con nadie. Merezco fumarme mi delicioso churro sin que me juzguen. Por ello, saco el encendedor, me coloco el porro entre los labios y lo enciendo aspirando la droga que me eleva.

Enfoco la vista en aquella sirena que me ha pertenecido desde el vientre de su perra madre y me deleito de como el uniforme que trae le aprieta los senos que deseo mamarle hasta ponérselos rojos. La verga se me despierta a lo que gruño, necesito conseguir un hueco en donde hundirme o me volveré loco.

La fila avanza y avanza, es el turno de Vicenta. Mete la mano al grande tarro para extraer el papelito que revela algo que supongo es grandioso pues ella pega un enorme grito al tiempo que brinca como una pequeñuela.

Jodida dramática.

—¡Te dije que me tocaría este! —le grita a Jesús quien intenta husmear en su papelito, pero ella niega y se lo esconde en los pechos—. Es trampa, recuerda que todo es anónimo.

Gustosa sale corriendo de la sala y por inercia miro a Jake quien palidece. Con la mirada le digo que se acerque a mi lugar en donde hablo con el porro en la boca.

—¿Cuál personaje le tocó? —indago por mera curiosidad.

—Es anónimo, Darkness. No puedo decirt…

—¡¿Qué puñetero personaje le tocó?! —gruño en un tono alto para que escuche. Me vale verga que los demás estén presentes, igual ni están poniendo atención ya que están más emocionados viendo el papelito que tienen.

—Bella, de la Bella y la Bestia —espeta y asiento. Él cree que puede irse por lo que da media vuelta, pero lo detengo en corto.

—Búscame el papelito de Bestia.

—¿Por qué? Dijiste que no ibas a participar en estas mamadas.

—Haz caso, Jake.

El italiano achica sus ojos en desconfianza y de mala gana rebusca en el tarro. Se pone de una forma para no ser visto, en tanto, fumo otro poco empapándome de marihuana hasta las neuronas. Por como se pone pálido intuyo que el papelito ya lo tiene alguien más.

—Creo que no será…

—Oh, claro que será posible —me levanto, haciéndolo retroceder ante mi imponente altura—. ¿Quién vergas lo agarró?

—No sé, pero era de los papelitos que estaban mero arriba y esos los tomaron los de la tropa Delta.

—Entonces ve a buscarlo porque ese disfraz es mío —bramo empujándolo a un lado y saliendo de la puñetera sala sintiéndome más que ofuscado.

De que me visto como la Bestia para bailar y cantar con ella, me visto.

***¿Quién más extrañó leer al coronel? Porque yo sí y este pedacito me trajo tanta felicidad como no tienen idea.

Espero les haya gustado, pronto vuelvo con más ya que los dividí en varias partes para irlos disfrutando poco a poquito.